Hoy celebramos el Día de la Cocina Chilena y en Banqueterias.com quisimos explorar cuáles son las características más notorias de nuestros platos a través de un análisis nutricional entregado por expertos, así como entender cómo se pueden lograr servicios de catering muy chilenos sin la necesidad de caer en excesos.
Dicen que si es chileno es bueno, pero te adelantamos que –según lo que hemos revisado—lo bueno también necesita estar en dosis controladas:
Lo primero fue hablar con tres expertas: Catalina Miranda, nutricionista de Ain Chile; Stefanie Chalmers, docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico; y Paulina Briones, presidenta de Blogi, la Asociación de Blogueros Gastronómicos.
Para abrir el debate, la primera pregunta resulta clave: ¿cómo definirías la cocina chilena?
Catalina: "Variada, rica en verduras y sabrosa. Pasa de las aceitunas, palta, pebre, ensaladas y guisos de verduras a platos de fondo variados como la cazuela, el charquicán, la carbonada y las legumbres guisadas".
Stefanie: "Nuestro país tiene diferentes microclimas y, por tanto, propiedades de plantación y cultivo que enriquecen nuestros alimentos con una amplia tonalidad de propiedades. Esta gran variedad de alimentos otorga una amplitud fascinante de valores culinarios, nutricionales y medicinales".
Paulina: "Nos falta aprender a comer estacionalmente, descubrir que cada temporada tiene verduras y frutas propias del clima. Tenemos platos maravillosos, pescados deliciosos y frutas que nos permiten hacer preparaciones diferentes" (Publimetro, 2015)
Foto: Paulina Briones (Poli en la Cocina).
Sin embargo, también hay riesgos que deben ser evitados: mientras Chalmers hace hincapié en el peligro de la comida rápida, ya que "nos propone una costosa vida a largo plazo, con enfermedades crónicas no transmisibles"; Miranda propone que como comensales y cocineros optemos "por los platos menos calóricos y a cocinar en general de forma saludable, evitando mantecas, grasas animales y frituras cuando no sea necesario".
Desde un punto de vista más gastronómico, Briones complementa: "Muchas de las comidas que preparaban las mamás y abuelas ya no se consumen. La idea es que la gente, sobre todo las personas jóvenes, se den cuenta de que cocinar y volver a probar esos platos es mucho más fácil de lo que parece".
Entonces, ¿qué tipo de platos chilenos podrían ser incluidos en servicios de banquetería y catering?
Ensalada chilena
La gran versatilidad de la ensalada chilena, compuesta por tomate, cebolla y perejil, la convierten en una excelente alternativa para acompañar múltiples platos. "Un detalle no menor es su bajo aporte calórico, lo que permite que podamos comerla en abundancia, sabiendo que en lugar de acumular excesos, estaremos favoreciendo la depuración de las sustancias tóxicas del organismo", argumenta Stefanie Chalmers.
Charquicán
La mezcla de simpleza y exquisitez es indudable en este plato. Pero además de esto, el charquicán elaborado con verduras y huevo al agua es una solución fenomenal para comer rico y sin necesidad de un consumo alto de calorías. En cuanto a la carne, ésta es optativa, pero si la incorporas te recomendamos que uses tártaro, posta o pollo.
Dos cucharones de esta preparación equivalen a 480 calorías.
Legumbres guisadas
¿Quién dijo que un evento no puede contar con un rico plato de legumbres? Con tal de que evites el exceso de embutidos (longanizas, prietas, choricillos…) e incorpores vegetales como el zapallo camote, acelga o espinaca, esta opción culinaria puede ser un verdadero hit en un almuerzo corporativo, reunión familiar, bautizo o evento entre amigos.
Pero también existen múltiples otras recetas igualmente deliciosas y a la vez sanas como la cazuela de ave (rica en verduras, aunque no se debe exagerar el tamaño de la papa ni la cantidad de choclo), la carbonada (base de verduras y carne animal baja en grasa), y hasta el pebre como acompañamiento (muy bajo en calorías).
Adicionalmente, Paulina Briones en su blog Polin en la Cocina propone recetas tradicionales como el guiso de zapallo italiano, tomate y choclo.
Foto: Paulina Briones (Blog Poli en la Cocina).
En cambio, los platos evitables desde el punto de vista nutricional son:
- Empanadas de pino. Siempre es mejor comerlas horneadas que fritas, en masa tradicional en vez de hoja, con carne de vacuno bajo en grasa o carne vegetal.
- Lomo a lo pobre. Sólo entre el lomo liso a la plancha, las papas fritas y los dos huevos fritos ya se superan las 500 calorías.
- Pernil con papas. Una papa del tamaño de un huevo ya suma cerca de 150 calorías, así que ojo con las porciones. Lo mismo con el tipo de carne: evita el cuero y las partes grasas.
- Mote con huesillos. El jugo de este brebaje puede contener un altísimo componente de azúcar, que además es muy potente en calorías. Por eso prefiere un máximo de dos huesillos (hechos con endulzante) por porción y no más de media taza de mote.