Una de las maneras para marcar diferencia en nuestros servicios de catering con la competencia, es a través de la puesta en escena en los eventos gastronómicos que ofrecemos.
Por supuesto que la calidad y el sabor del menú que prepararemos es un tema prioritario, pero eso no quiere decir que el como “vestimos” el evento pase a un segundo plano, al contrario, debemos darle la importancia que requiere.
Es por esto que todo el tiempo que dediquemos a pensar y planificar al detalle la decoración de los eventos que organizaremos es clave para mostrar nuestro profesionalismo.
La elección del menaje es fundamental para asegurar la coherencia, ya que se trata de los elementos que estarán en contacto con todos los participantes de la fiesta. Debemos ser capaces de reflejar el ambiente que nuestros clientes tienen en sus expectativas, y tangibilizarlo en cada rincón donde se desarrolle el evento.
Dependiendo del tipo de evento, es bueno tener la flexibilidad en nuestro menaje. Por ejemplo en eventos más informales existen alternativas desechables de tan buena calidad que se confunden con el tradicional no desechable y nos da un toqué más relajado. En el caso de requerir de más formalidad y sofisticación es ideal servir en vajilla elegante y tradicional, o si se quiere dar un toque innovador existen alternativas como tubos de ensayo, platos de piedra de pizarra, cuberterías barrocas o palillos orientales.
La cristalería es imprescindible que sea escogida según las bebidas que serviremos, no es lo mismo un evento en donde el vino será el protagonista que uno en que se beberán jugos, cervezas y bebidas.
La mantelería y otros complementos textiles son una fantástica oportunidad de generar percepciones, ya que a través del diseño de estos podemos darle el “toque especial” a la celebración. No olvidar lo importante de los uniformes de nuestro equipo de trabajo, es otra de las maneras de reflejar el tono que queremos transmitir, que por supuesto tiene que estar en línea con todo el resto de la decoración.